jueves, 26 de noviembre de 2009

Y es mejor así

Me duele aquí. No soy más específica porque es un lugar difícil de definir. Es parecido a cuando tengo una falta de ortografía y el profesor la señala en un círculo rojo. O cuando voy a por un poco de chocolate y se ha acabado. Sí, algo así. Nada demasiado grave, como veis. Pero como ya no confío en las grandes gestas ni en las noches épicas, con estas desgracias de medio pelo tengo suficiente para que me duela aquí.

No sé por vuestros pagos, pero en los míos hoy hace un día precioso. Con frío declarado y un sol que apenas se siente, pero se nota. Me gusta el frío. Bueno, el calor también. Y a veces la lluvia, siempre que pare cada tanto.

Me gustan las casas de ladrillos y el zumo de naranja. Me gusta sentir tu mano perdiéndose decididamente en mi cintura ahí, en medio del barullo, mientras te acercas para preguntarme no sé qué cosa al oído. Y el diminuto instante en que sin venir a cuento nos miramos sin que haya justificaciones ni obviedades. O cuando me dices "hazme una llamada perdida" para guardar mi número. O cuando me sigues con la mirada y yo finjo que no te veo. O cuando me dices cosas que no pueden ser nada más que esas cosas que dices en ese momento, pero yo siento una piedra en el estómago y digo "yo me quedo aquí". O cuando te pregunto tu apellido, como si no lo supiera desde hace tres años.

Y creo sinceramente que si todo esto viniera del mismo territorio, podría significar algo.

Qué le voy a hacer. Lancé una moneda al aire. Y no la veo caer. Ni siquiera de canto.
Y es mejor así.

¿Quién no quiere el mundo entero? Pero no puedes tenerlo todo. Y es mejor así. Eso dice la canción. La muy cabrona.

Será por eso que me duele aquí.

Lovely Luna, Parando el tráfico. Y, chicos, desde el cariño, la próxima vez que tengais que grabar un vídeo, ducharos antes.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Brindar

La paciencia
No me cabe la menor duda de que a las 5:42 de la madrugada las cosas se ven con otra perspectiva. Hoy jugué con mi sobrino M, en un momento mi hermana le dice ¿Te acuerdas de lo que hay que tener? , responde él, paciencia. Y yo le pregunto ¿Qué es tener paciencia? Saber esperar, me dice él.

El círculo
Yo sabía que quería ir. La música en vivo siempre es mágica. Pero hasta que estuve ahí no lo vi todo claro. Las piezas empezaron a encajar. La poesía, aquel silencio, la misma canción. Se cerró un círculo. Es todo mi invención, por supuesto, pero no por ello menos real. Después de veinte meses, al oír la misma canción, en el mismo sitio, y tras toda la paciencia del mundo, se cerró un círculo.

El rito
Como no suelo participar de los ritos normales, me invento los míos. Hoy, en un día inútil, absurdo, sin premisas, sin la menor lógica, hoy brindé por ti, I. Porque la muerte necesita un rito y ese me pareció el adecuado. Salud.

El fracaso
Las equivocaciones hacen a la gente interesante. Los fracasos. No me hubiera importado no fracasar y en lugar de escribir esto a oscuras estar cruzando miradas en la penumbra. Pero algunos fracasos son, además de nimios, casi graciosos. Fracasos que no te hacen llorar sino sonreír. Quizá es que no son fracasos, pero es que es tan bonita esa palabra.

Mis amigos saben que me gusta brindar. Hoy brindé por ti, I. Y por la muerte y por los fracasos. Y por los círculos que se cierran y las piezas que encajan. Y por el temporal que está ahí afuera.

Brindo por mí.

Vivir sin recordar, Le Punk.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Las oportunidades

paciencia.

(Del lat. patientĭa).

f. Facultad de saber esperar cuando algo se desea mucho.


La RAE da más definiciones, pero esta es la que más me interesa. La releo y acabo por no tener nada claro que tener paciencia sea algo bueno, lo que siempre se me dijo.

También se me dijo, con suma asiduidad, que yo carecía de paciencia. Ya saben, esas cosas crueles que dicen los adultos ¿o eran los niños?

Porque hay que saber esperar, una señorita no va por ahí diciendo a gritos lo que quiere, se queda sentadita toda la puta tarde en casa esperando. Esperando. Cuando algo se desea mucho. Esperando.

Lo que no me dijo nadie es que ni eso ni nada garantiza que ese algo que se desea mucho se haga realidad. Y que quizá hubiera sido mejor dar un toquecito en la espalda y decir un holabuenaspasabayoporaquí.

Lo que no me dijo nadie es que mucho más importante que la paciencia es saber diferenciar cuándo conviene esperar a que algo llegue y cuándo conviene salir a buscarlo.

Yo a veces me siento a esperar. Así que supongo que sí sé esperar.

Y, aunque he aprendido algunas lecciones y esta también, no puedo decir que no sea una mierda. Será que no tengo paciencia.

P.D.M. Las oportunidades, Andrés Calamaro.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Music time

Que sí, que sí, que así son las cosas. Que unas van y otras vienen y así y así sin parar.
Gracias a J tengo un programa (yo supongo que es un programa, pero vaya usté a saber) para oír toda todita la música del mundo. Y como no me la descargo, no hay delito, digo yo. (Que una no sabe nunca donde hay un infiltrado).

I hope that I don't fall in love with you, Tom Waits.
Así que esta semana leí mi horóscopo y solo decía dos cosas: 1) que era una buena semana para pedir un cambio en el trabajo. Curioso, porque justo esta semana había pensado pedir formalmente cambiar mi turno-de-mierda-de-fin-de-semana a un turno-de-mierda-de-semana. Que no me lo darán y no es pesimismo, sino realidad pero yo lo pido. Y 2) que era una buena semana para enamorarse. Curioso, porque justo esta semana... (bla bla bla).

It could happen to you, Chet Baker.
Que sí, que sí, que así son las cosas. Que unas van y otras vienen. A veces hay chispas. Me gustan las chispas. Las chispas no son nunca solamente chispas. Las chispas te recuerdan que existen las chispas. Es casi como esa cosa tan española de estar comiendo y hablar de qué vamos a comer mañana.

Blue Moon, Frank Sinatra.
Pues que vengan las chispas. A veces parece que no pasa nada. Y otras estás esperando al mismo tiempo un ring, un hey y un ding-dong. Vale, perdón, me onomatopeyicé: teléfono, saludo, puerta.

In the guetto, Elvis Presley.
(Con dedicatoria. La canción, digo). Y entonces me siento en el banco y un segundo después se sienta él, tan pegadito que trago saliva. Señores, ha llegado el invierno. La gente tiene frío y busca el contacto humano.

Chispas, invierno, música.

Feliz semana.