Puedes llamar a la hora que sea. No me molesta. Qué quieres que te diga, estoy ahí en mi camita rica, me despierta el zumbido del teléfono, veo en la pantalla que eres tú y no me molesta.
Si fueran 50 kilómetros en lugar de 500, me hubiera ido a tu casa para abrazarte y que lloraras si te apetecía. Yo hubiera acabado llorando seguro. Soy así.
No tienes que explicarme por qué me llamas. Me gusta. Yo nunca te he explicado a ti cuánto me han servido tus palabras para darme cuenta que el mundo seguía y yo seguía en él.
Ya sabes, aquellos eran momentos complejos para mí y tú me ayudaste a entender que quizá yo también podía sanar. Me hiciste pensar que las cosas sí podían ser distintas y sí podían valer la pena. Me hiciste entender que yo era yo sin necesidad de nada más. Y todo esto sin que te lo propusieras, sin enterarte si quiera de lo que me estabas dando.
Y a pesar de que se me fue la pinza un poco más que un poco, me aguantaste y me trataste con dulzura.
Si chico, son cosas del azar o del momento, pero tus mimos me curaron heridas frescas que nada tenían que ver contigo. Y como dicen las canciones, aunque no te volviera a ver, aunque nunca más supiera de ti, créeme, yo nunca voy a olvidar eso.
Y por eso no me importa que me llames, no me importa si estoy durmiendo o de fiesta. Siempre estoy para ti.
Porque soy tu amiga.
Bueno, como dice Calamaro, y todo lo demás también.
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3 comentarios:
Hola :) La verdad es que la gente que te ayuda en momentos malos siempre la recuerdas. Besos!
Joe Leola! Es precioso tener a un amigo así, no? Y seguro que tu no te quedas corta como amiga. Y claro, un post en el que se cita al todo poderoso Calamaro, es un buen post. Otra frase de este grande, y que te viene muy bien para dedicarselo a tu amigo es:
"te quiero igual", no crees? un abrazo
Me alegra saber
que estás aquí.
Se te echa de menos.
Besos.
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