Dicen que el duelo tiene cinco etapas y que hay que pasar por ellas para superarlo, lo cual imagino que significa aceptar que algo ha cambiado y seguir adelante.
El duelo no es exclusivo de la muerte, sino de una pérdida. La vida está llena de relaciones que se acaban, que se minimizan. Y de relaciones en la que a veces nos enganchamos, por dependencia, por costumbre, por miedo, y que es mejor terminar. Porque lastiman, porque son injustas, porque nos desequilibran en el peor sentido. Y también en estos casos se pasa el duelo.
Dicen que el primer paso es la negación. Pensar que algo va a cambiar, que las cosas pueden ser distintas. Supongo que es fácil quedarnos estancados en la negación aferrados a pretextos y a una supuesta esperanza que en realidad es miedo a tomar una decisión.
Luego vendría la rabia. Es una estado más o menos cómodo donde aparece todo lo que se había negado. Con la rabia se siente que algo ha cambiado, que se ha avanzado, que ya no se está en el paso anterior donde se procura fingir que nada ha pasado. Sí que ha pasado, ahora lo entiendo y me lleno de ira. Pero lo más difícil está por llegar. Porque estos dos pasos están marcados por el instinto, pero hay que usar la cabeza para llegar al siguiente.
La negociación. Quizá sea el primer paso real para pasar un duelo, para despedirte, porque es un trabajo íntimo donde se tienen que encajar las piezas. Se negocia con uno mismo. Se pregunta por qué, para qué. Y sólo bajo esa consciencia se llega a la conclusión de que algo está acabado.
Y cuando se llega a esa conclusión acerca de una relación importante no se puede evitar llegar a la siguiente etapa: la depresión. Sí, cuando algo acaba tiene que doler. Y tiene que ser un dolor productivo a pesar de la dificultad del concepto. En el dolor entiendes verdaderamente la pérdida. Depende de muchas cosas, pero a veces es un dolor tan real que te inutiliza para cosas tan sencillas como escribir un blog.
Solo después llega la aceptación.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
6 comentarios:
Pues te deseo q pases pronto por todo eso o más bien q se te haga corto. Has sido valiente y eso ya es mucho
un abrazo
Qué bien expresas
todas las etapas
en que el dolor
hace mella.
Ahora sólo resta
dejar entrar en
el corazón un
tranquilizador
aire fresco.
Besos.
No puedo decir nada que no sepas, además.. qué te voy a decir? quien soy yo?
Quizás mejor me dejo de palabras y te dejo un abrazo.
Muchos abrazos.
Querida Leola, cualquier fin es demoledor, casi por costumbre, o quizá por la simple razón de que no deseamos revolvernos en lo nuevo sin lo de antaño.
Me gustaría decirte que detrás de las nubes siempre está el sol, brillando.
Y aunque cuesta bastante creerlo, las nubes se abrirán tarde o temprano.
Un besiño.
Doy fé de todo lo que dices aquí, es muy duro pasar por cada una de estas etapas. Un beso
Yo también pensaba que eran cinco.
Nadie me advirtió de que cuando llevas mucho tiempo en la aceptación el mundo se vuelve gris y te sientes como amputado.
La 6 ya la intuyo.
Besos.
Publicar un comentario