sábado, 20 de noviembre de 2010

Cierro los ojos

La felicidad es, quizá, un momento que se descose de lo cotidiano, libre de pretextos y rebosante de euforia.

O es, quizá, una reflexión pausada que confronta pros y contras y se encuentra ganador. O una sonrisa ajena donde depositamos nuestras fantasías. O quizá es una circunstancia, diminuta y particular, que se sabe llamar a sí misma felicidad.

Claro queda, no lo sé. No sé lo que es la felicidad. Pero quizá se parezca un poco a noviembre.

Noviembre ha sido un mes escurridizo y sensual, un mes sin más nombres que el mío.

Se ha instalado en mi noviembre, a pesar de la lluvia y el frío, la arrogancia de agosto, la intensidad de julio, el lustre de diciembre, la fe de enero.

A veces las novedades se te agolpan en la vida como una bofetada sonora, imposible de obviar. Otras, no. Otras, se cuelan sutiles entre la trama de la vida cotidiana.

No sé lo que es la felicidad. Ni tan siquiera sé lo que está siendo noviembre. Pero sé que a veces cierro los ojos. Rodeada de gente, de música, de ruido, de luces, cierro los ojos. Y me quedo sola. Solo yo.

Y me gusta.

Y pienso que así debería ser el mundo. Pero no. Hay cosas que, para ser, no deben durar.

Cierro los ojos, y sí, lo reconozco, a veces te cuelas. Te cuelas por ser lo último que miro antes de cerrarlos. O por tu boca, o por tus modos. O hasta por tus reproches. Te cuelas porque eres como una tableta de chocolate recién abierta, una tentación que no me apetece esquivar.

Te cuelas, lo reconozco, pero en seguida te echo. Cierro los ojos rodeada de gente, de música, de ruido, de luces, expulso tu deliciosa boca, tus modos y hasta tus reproches. Cierro los ojos y me quedo yo. Solo yo. Solo hay un nombre y es el mío. Y así debería ser el mundo.

Pero hay cosas que, para ser, no deben durar. Como la felicidad, como noviembre.

Quiero ruido, música, gente, luces, tus ojos y modos y reproches. Quiero seguir ahí y seguir siendo en medio de un mar de impostura. Y que al abrir los ojos sigas ahí. Pero esta entrada no va de ti, sino de mí.

Y de la felicidad, y de noviembre. Que se acaban. Como tiene que ser. Pero luego vendrán otras cosas. Ya se verá qué. Tendrán otras músicas y otros nombres. Y otras preguntas. Quizá otros ojos y otros deseos. Quizá otros reproches y otros juegos. O no, no lo sé.

Yo, por si acaso, hoy cierro los ojos.

Body Rockers, I like the way you move

3 comentarios:

Marisa dijo...

Mi querida Leola
te deseo de corazón
toda la felicidad
del mundo.

Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace.
Jean Paul Sartre (1905-1980) Filósofo y escritor francés.


Moitos biquiños

Enrojecerse dijo...

estoy SEGURISIMA que se parece a noviembre.

Anónimo dijo...

precioso
suena a calma
suena a ti
suena un poco...a felicidad

Abrazo!

fdo. pasaxeira