Me gusta viajar. Me encanta conocer sitios nuevos y reconocerme en ellos. Viajar me supone momentos de toda índole, internos y externos, que me construyen en una manera que me resulta deliciosa. Pero todo eso es para otro post. Para este, el punto es que me encanta viajar, pero este verano, no me apetece.
Pronto, prontito, prontísimo, será mi cumpleaños. Me preguntó una colega el otro día qué deseos tenía para este cumple. De esos que se piden al soplar las velitas. Me quedé sin saber qué decir.
Desde luego que podría pedir un montonal de cosas, desde una camiseta de las rebajas hasta una casa. O perder de vista a alguien o ver más de cerca a alguien más. O que me saque la lotería o no gane el mundial Alemania.
Pero no, me quedé en silencio. No sé, dije al final, quizá un mejor trabajo.
Este invierno ha sido tan largo que apenas me he enterado de que ya casi empieza julio. Mi cumpleaños me cayó como de golpe, como de sopresa. Me di un homenaje improvisado de juerga, festejando jueves, viernes y sábado; y el domingo comida con mi familia.
Mañana toca el último festejo. Imagino que no habrá tarta y velas. Sí las hubo en la comida familiar y no las soplé. Como tampoco fui a saltar hogueras en San Juan. A la mierda los ritos. A la mierda los deseos de cumpleaños. Que venga pura, brutal y sorprendente, la realidad.
A la mierda las expectativas, a la mierda los planes. A la mierda el qué será. Que venga lo que sea.
Creo que por eso este año no viajo. Porque no me apetece organizarlo y saber dónde estaré de tal a tal día. No tengo ganas de decidir y elegir y tenerlo todo claro. Volveré a viajar, porque es parte de lo que soy y de lo que quiero. Volveré a elegir destinos con ilusión y a mirar fotos falsas de hoteles, a comparar precios y buscar mapas. Pero este verano, no.
No es una lección, no es una consigna, no es un esfuerzo. Simplemente así me siento ahora. ¿Qué haré este verano? Ni puta idea. Que venga lo que sea. ¿Que qué deseos tengo para este cumple? Pues ese: que venga lo que sea, que el mundo gire, que la vida siga, que el universo me sorprenda. Que no pase nada, que pase todo.
Cumplo años, señores. Treinta y cinco. Que siga la fiesta.
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4 comentarios:
Feliz cumpleaños, y que sea lo que sea que desees se te cumpla.
Feliz cumple antes de nada!!!
y of course! deja que la vida te sorprenda... A saber lo que hay a la vuelta de las esquina!
Un beso!
35 tirones de orejas virtuales. ¿por qué se dejan de dar los tirones cuando ya empiezan ciertas edades? Pues no, te jodes ya te aguantas los míos, pero que te duelan, eh? si no, no vale.
Pues eso, que siga el carnaval, que las penas se van cantando...(cuando te pongas malita pinchate esta canción de Celia Cruz, a mi me repone que no veas)
Yo tampoco iré a ningún lado, pero disfrutar el verano de vacaciones en tu propia tierra,tb tiene su encanto. Y ese punto, el que tuviste al escribir el post, yo lo quiero para mí, y que dure, y que dure, es el mejor deseo, sin deseos.
Un abrazo!! y que cumplas muuuchos más.
feliz cumpleaños aunque sea tarde.
de vez en cuando es bueno dejarse ir..
Besos niña
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