martes, 6 de abril de 2010

Supernova

Nunca había hecho una lista de pros y contras. Hace unos días me obligué a hacer la primera de mi vida. Ya sabéis, una decisión por tomar, una confusión considerable. Tenía claro algunos puntos a favor y otros en contra.

La verdad es que los pros me salieron con mucha fluidez, de golpe, en racha. Luego me esforcé en los contras. Busqué, encontré y busqué más. En medio de los contras me asaltaba cada tanto un pro que anotar en la otra columna. Y volvía a buscar contras. Había, sí, pero salían con menos facilidad.

Al final, ganaron los contras. En cantidad. Los contras, la columna de la derecha, era claramente más larga. Así que ya está, ganaron.

Luego pensé si no habría que dar una nota a cada concepto, a cada pro y cada contra. Este pro vale un siete, este un seis, este es un diez y este contra un cuatro, un dos. Y sumar. O algo así. Es que, de pronto, la columna más larga parecía más ligera. Y los pros se hicieron cada vez más pesados. Había uno, dos, tres pros, que se tragaban sin miramientos la mitad de los contras de un bocado. Había especialmente un pro, uno que brillaba sobre el folio como una puñetera supernova.

La cuestión de la cantidad empezó a perder fuerza. Así que sí, ganaban los contras. Y luego estaba ese pro.

No sé para qué coño hace la gente estas listas. Desde luego a mí no me sirvió para aclararme.

O, sí. Quizá, sí. Puñetera supernova.

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