lunes, 29 de diciembre de 2008

Otra noche

Las sonrisas estaban por todos lados. Así son los sábados por la noche en los bares con música y alcohol y deseos y música. Se encontraron, más bien porque los dos lo habían provocado, pero tan veladamente que pudieron fingir que era una sorpresa. Hablaron de sus cosas. Tanto tiempo, cómo estás y esos detalles. Hablaron y hablaron, los amigos se fueron separando, las palabras llegaban y se atropellaban entre las risas y las miradas. En una de las pocas pausas en las que fingían sólo beber de sus vasos pensó que no recordaba cuándo había sido la última vez que había hablado así con alguien. La comodidad, la complicidad, el cariño. Pero faltaba algo. Algo que no iba a llegar, no esa noche. Alguien le esperaba en otro sitio. Cuando se lo dijo, sonrió y mintió: Me da mucho gusto por ti. Y exageró la sonrisa para que borrara los rastros de lo que sentía en realidad. Pero sabe que nada borra la decepción cuando se asoma en los ojos. Y en el fondo espera que se note. Que lo note. Y la despedida: Estás muy guapo, tú estás preciosa, nos llamamos, hay que vernos más. Más sonrisas. Otras miradas, otras sonrisas. Otra noche.

1 comentario:

merce dijo...

Amores, deseos, intentos, risas, miradas... siempre es interesante... sentirse ahí. Un abrazo grande.