martes, 21 de abril de 2009

Niebla

Me conozco. Sé que hay días en que es mejor no hablar. No escribir. Y procurar no pensar. Es una tregua temporal. Es preferible poner una pausa momentánea que caer en las trampas espirales y veloces que me pongo a mí misma sin cesar.
Lo dice esa cancioncilla de ese disco malo que no paro de escuchar: Si no te hablo será porque no quiero volverme esclavo de mis palabras; si no te hablo será porque prefiero ser el dueño mi silencio.
Pero hoy me siento esclava de mis silencios. Prisionera de sonidos mudos y labios cerrados; y probablemente, como dice otra canción, luchando contra el enemigo equivocado.

Desde la ventana de mi habitación se ve un monte verde. Cuando hay niebla, no sé por qué, me recuerda los días en que esta ciudad era la ciudad a la que venía de vacaciones y ese tiempo llegaba a su fin. Eran los días más tristes del mundo.
Aun hoy hay ocasiones en que algunas cosas hacen que me asalte esa sensación: es hora de irse. Y aunque es solo un recuerdo que se hace pasar por real durante un segundo, es brutal y despiadado.

Pero no, no me voy. No es hora de irse.

5 comentarios:

Marisa dijo...

No, no dejes de hablar .No te conviertas en esclava de tus silencios. Tienes mucho y bueno
que decir.
La niebla tiene eso, nos hace entrar en una especie de melancolía
pero que se disipa con los rayos de sol.

Un besote muy grande.

Gata dijo...

Pues vaya...como tamos, en fin, sabes? pues si te apetece callarte por algo será...pero no dejes de escribir porqué favor.
un abrazo

Sir Bran dijo...

Estoy de acuerdo Leola, no calles tus sentires, y no dejes de enviarlos al mundo.
Sigue mirando ese monte verde, y piensa en un mar azul o en un universo negro.
Tampoco te olvides de la sangre roja de la pasión, o de la esperanza de volver a verlo todo de color amarillo.
Un bico de ánimo.

Cesc Sales dijo...

Que suerte que te quedes, muchas veces huir no es mejor forma de superar nada.

Y claro, sigue escribiendo para que podamos seguir disfrutando.

2 besos

PD No te perdiste nada. Era un simple dialogo de dos viejitas que se habían desorientado.

merce dijo...

A veces los recuerdos nos engañan, quieren hacernos creer que todavia estamos en aquel momento, no es cierto. Ahora eres la dueña de tus nieblas y tus soles.

Gracias por compartir tu sentir.

Un abrazo.