Cuando todo está por decidirse, la vida se teje cada día, penosa o festivamente, entrelazando sus hilos sin un patrón establecido. La vida aunque parezca sólida no es más que una sucesión de huecos, de vacíos, de quizás. De posibles, de argumentos que se escriben a palabras jalonadas, de finales y comienzos que se suceden y se solapan. Que se confunden y se entremezclan. Así como la música es la combinación de sonidos y silencios, la vida es la combinación de los sueños y las vigilias, de las muertes y los partos, las idas y las vueltas.
Entre los nudos de las certezas asoman sin piedad las fantasías. Se cuelan sin permiso y a los gritos. Inclementes, insumisas, insistentes.
Decía Ray Loriga en un artículo titulado Desamor: La soledad regala amantes disparatados.
No todos dan besos dulces, no todos cumplen sus promesas, no todos son bienvenidos, no todos quedarán atesorados en el recuerdo.
Pero nos quedan las fantasías.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
6 comentarios:
Se cuelan sin permiso, creando amantes disparatados para la razón.
Y es que... somos tantos "yo" dentro del mismo sentir!!
Un abrazo, Leola...sigue así!!
Pues pongamonos a fantasear, es lo que nos queda...
Qué lleno de sentido...
...pero si de elegir se trata, que seguramente no, prefiero las fantasías que una amante disparatada.
No defraudan ni dejan mal gusto.
Un abrazo Leola.
¡Pues menos mal que aún nos
quedan las fantasías!
Un abrazo.
Supongo Leola, que lo que nos hace sufrir tanto, es el "apego" como dicen los budistas. Quizá haya que aprender a disfrutar las pequeñas historias, como historias completas. Que dure una semana, pero que sea como una vida entera.
¡¡¡Posiblemente, esto sea una fantasia,mia.!!!....Un abrazo.
Muchas gracias a Lasosita, Cesc, Paladín Sombrío, Marisa y Merce por sus comentarios y por seguir pasando por aquí. Vuestras visitas y vuestras palabras son la guinda perfecta de un buen día y el empujón animoso de un día malo. Besos y bicos.
Merce, un apunte. No creo que sea tu fantasía, creo que tienes muchísima razón acerca del apego. Si fuéramos capaces de diseccionar la realidad de las proyecciones que hacemos sobre ella y pudiéramos aprender a disfrutar de las cosas respetando su esencia transitoria... cuánto más felices podríamos ser.
Publicar un comentario