La cosa es así. Tengo una cuenta de correo a la que no puedo acceder. Dice que he cambiado mi contraseña. Me piden mis datos y mi "pregunta secreta" pero dicen que no son correctos los que yo tecleo. Pues bien, me puse a buscar en mis otras cuentas antiguos correos de la inaccesible para ver si me ofrecían alguna pista.
Y lo que encontré fue una carta de amor que envié y guardé. Es vieja (en más de un sentido) y un poco cursi. Pero me ha gustado leerla porque he descubierto cosas que había olvidado, deseos y afanes que me ha regocijado recuperar.
Resumiendo, viene a decir algo como esto:
Estoy callada y tu esperas en silencio, pero sé bien que hoy no voy a decir nada, pues si algo sé es lo que no quiero y lo que no quiero es encontrar esa palabra. Esa que sepa decirlo todo, que tras de ella no haya más para contarnos, la que nos toque y nos defina. Así, sin ella, yo podré seguir intentando explicarte lo que tus ojos me han contado.
Sobre mi cuenta de correo, ni una pista. Pero alguna otra sí me dio. Me reconocí. No en los sentimientos, ya caducos, pero sí en las ansias, la avidez, las ambiciones. Los apetitos, la pujanza, las audacias. Son míos. Lo eran entonces y lo son ahora. Soberanos, diseccionados del contexto, del momento, del objeto. Soy yo, son mis fuerzas y mis bríos. Porque sigo, sigo teniendo claro que no quiero nunca encontrar esa palabra que lo diga todo. Y no hablo -sólo- de amor. Quiero seguir buscando y buscando. Eso es lo que recupero, lo que he sido y sigo siendo. Búsqueda. Ganas.
A pesar de lo que sea y aunque no siempre sea fácil.
Perdónenme el arranque de intimidad, pero es como volver a ver a una vieja amiga.
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6 comentarios:
" Estoy callada y tu esperas en silencio,...y lo que no quiero es encontrar esa palabra. Esa que sepa decirlo todo..."
Me gusta esto Leola, y mucho mas porque me recuerda al ultimo, relato de la última reunión literaria que tu nos leíste con tu voz...poderosa.
Te pedí una copia... lo leí hace unos días. Ese relato me parece perfecto. Enhorabuena!!!
Quedoume mágoa de non falar máis onte contigo. En calquera caso, un pracer enorme verte. Un saúdo.
Es bueno reconocerse en el pasado. Ver en qué hemos cambiado, en lo que seguimos siendo...
Qué buenas son las cartas viejas de amores viejos!
Un abrazo, Leola!
Si, Lasosita, es bueno poder reconocerse, supongo que implica que uno es capaz de reconciliarse consigo mismo y eso a veces es un realmente necesario. Un abrazo grande.
Muchas gracias por el comentario náufrago, para mi también fue un gran placer verte. Un beso grande.
Merce, muchas gracias por lo que me dices. A partir de ese relato han surgido otros que también me gustaría compartir, espero que nos veamos pronto. Un abrazo fuerte.
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