miércoles, 11 de marzo de 2009

Historia de una alucinación

Mis manos apresan tu espalda. Mis dedos se aferran a tu piel para detener en mí tu cuerpo y para creer sólo por ese momento que puedo retener algo más. Oigo tu respiración y sobre mí la siento. La siento sobre mí como el lenguaje explícito y animal de tus deseos. Has derrotado mis fronteras y en tu cautiverio aparecen todas las palabras de mi huida. Los sonidos se acompasan con el calor del espacio. Todo de cuanto escapo encuentra su sentido. Se tambalean las últimas metáforas. No hay nada más que ese instante encarnizado de ojos que se cruzan. No hay nada más que los cuerpos ya yermos y vacíos. Humedad. No hay nada más que esa última expiración y ese primer silencio.

Ahora puedes cerrar los ojos.

4 comentarios:

Cesc Sales dijo...

Es una alucinación muy bonita. Dos cuerpos fundiendose en uno solo...

Me parece que voy a tomar una ducha fría

Besos

merce dijo...

Se tambalean las metáforas...

Leola, este texto me parece muy bueno, esa pasión en la palabra...


Un beso.

Marisa dijo...

Me gusta la frase " has derrotado mis fronteras".Dulce derrota.
Una bonita alucinación.
Hasta pronto.
Moitos biquiños.

Leola dijo...

Gracias Cesc, muy halagador para el texto lo de la ducha fría. O quizá deberíamos incluir una ducha en la alucinación...

Merce, siempre tan dulce, gracias por el comentario. Podríamos combinar esto con aquello de "Ellos ahí, al borde del poema"... eso sí que es pasión.
¡Un besazo!

Supongo, Marisa, que no todas las derrotas son negativas. Hay que abandonarse de vez en cuando hasta dejarse caer... Biquiños.