domingo, 24 de agosto de 2008

Domingo

La semana que está por comenzar tiene la pinta de un domingo largo para mi. Es la última semana libre antes de volver al trabajo. Y escribo la palabra libre por no pensar en otra, pero libertad no es precisamente la sensación que tengo. Aunque supongo que ese es otro tema. ¿Y éste cuál era? Los domingos, supongo. ¿No es todo un poco más lento los domingos? Mi cerebro al menos lo parece. Así que me queda un domingo tan largo como una semana por delante y un cerebro a medio funcionar. Ahora veo el reloj y son las 23:59 del domingo, qué cosa. Así que está por terminar el domingo de verdad y empieza el largo domingo de mi ficción. 0:00
A los domingos, aunque se pasen en compañía, siempre se les puede encontrar un parecido con los recuerdos de la soledad. Claro que a veces se consiguen rutinas por las que resbala más fácilmente. Y a veces no. O sorpresas, también sirven las sorpresas.
Ya se sabe: si el mundo acaba un día será sin duda en domingo.

2 comentarios:

Jesús González dijo...

Totalmente de acuerdo contigo: los domingos son el Apocalipsis de cada semana. Por si fuera poco, no hay otro día en que la nostalgia ataque con más rabia. Hay tantas cosas que a mí me evocan esos domingos tristes de infancia: canciones de José José, pizzas de salami, encontrarme con una imagen de Patas Verdes en la red...

Al final, sin embargo y siendo justos, son un mal necesario. Si no, ¿cuándo le daríamos un espacio a los recuerdos, si no es en un maldito domingo?

Te mando un abrazo alegre. De jueves.

C.J.

Leola dijo...

¡Odisea Burbujas! Hacía que no pensaba en ellos...y antes, En Familia con Chabelo, que yo era muy madrugadora.
Gracias por mi abrazo alegre, C.J., y gracias por pasar por aquí.