martes, 22 de julio de 2008

Olor a mar

Me gustaría pensar que no hace falta que la muerte asome la nariz para valorar la vida. Pero todos sabemos que los malos momentos son necesarios para apreciar los buenos.¿O no? Hace días estuve en la playa. La vista era preciosa, el mar abierto, las islas al fondo, la bruma lejana dulcificando el paisaje. Vivo a una calle de distancia del mar, con sus olores, con sus promesas. Lo mejor de eso son los días de invierno en que al abrir la ventana mis pulmones se llenan de aire salado y me hace sonreír. Hoy es verano y la ciudad también olía a mar. Un día hermoso lleno de luz y de aire refrescante, con un cielo tan azul que parecía sin estrenar. Un día para olvidar preguntas. Un día para vivir.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Pois que aproveite! Fermosa imaxe, abofé.

Leola dijo...

Muchas gracias por el comentario y por pasar por aquí, náufrago.